COLUMNISTAS
Cabo suelto

Militarismo chihuahua de Europa

A juzgar por la marcha que ha cogido el mundo, La Bestia está ganando la primera partida

Ursula von der Leyen y Volodomir Zelenski, en Bruselas.
Ursula von der Leyen y Volodomir Zelenski, en Bruselas.Omar HavanaAP
PREMIUM
Actualizado

Hasta lo de Ucrania, en Europa sonaba vulgar detenerse a hablar de armas y arsenales. El negocio estaba ahí, bombeando pasta, pero la paz era nuestra masa madre y más rentable. El fin de la Segunda Guerra Mundial puso de moda la concordia. La hemos vendido de todos los colores y se han impreso millones de camisetas con símbolos pacifistas. En la Europa de anteayer nos educaron para no meternos en líos y envainar en el cañón de los fusiles claveles reventones.

A mí me parece bien, como era de esperar, porque liarse a tiros es algo tremendo y vulgar. En Europa preferimos cualquier cosa antes que la mili (ahí tienen a Abascal). Pero La Bestia en Jefe llegó de nuevo a la Casa Blanca para poner el mundo patas arriba. Mes y medio atrás instauró una dialéctica sulfúrica y dispensó sospechas en todas direcciones sobre una tramposa resolución de la guerra de Rusia contra Ucrania o del genocidio israelí en la Franja de Gaza. La Bestia ha revolucionado a los líderes europeos en busca de armerías que acepten pedidos grandes. El negocio ganso pasa de la paz perpetua al rearme por seguridad mientras vuelven las oscuras golondrinas.

Ursula von der Leyen anuncia un gasto común en material militar de 800.000 millones de euros. En tal abundancia hay algo de última bala. Y nadie quiere estar fuera del baile. Pedro Sánchez se ha alineado, por supuesto. Verás tú los socios cuando tengan que calibrar las armas de mejor prestación mortífera. Se acabó la fiesta. Y si finalmente no hay que sacarlas del estuche, dios lo quiera, las revendemos con codicia a esos otros países medio pobres a los que ayudamos a salir de sus conflictos a precio de rico. Todo el mundo sabe que el porvenir de la paz pasa siempre por una buena guerra. Se acabó la Europa multicolor,/ donde nació una abeja bajo el sol,/ y fue famosa en el lugar/ por su alegría y su bondad.

A juzgar por la marcha que ha cogido el mundo, La Bestia --bruto, arrogante, analfabeto- está ganando la primera partida. No necesita excusas para activar el negocio grande de las armas y avivar el éxtasis ciudadano del patriotismo triunfal. AEuropa la tiene de tonta útil, fácil de camelar, asustadiza. Nosotros, que todo lo ganamos y todo lo perdimos, provocamos a esta hora el mismo respeto que una manada de chihuahuas cuidando el jardín. Y esa flojera se nota.